Cuando alguien piensa en aviones, transbordadores espaciales o tecnología aérea en general, lo que menos viene a nuestra mente es el caucho, pues a simple vista no es algo que parezca estar presente.
Sin embargo, el hule, así como sus aleaciones, es un material indispensable tanto en máquinas de vuelos comerciales, como espaciales, ya que tiene la capacidad de soportar tensiones y temperaturas extremas que solo se dan en la industria aeroespacial.
Por ejemplo, el caucho o látex sintéticos puede resistir líquidos agresivos, incluidos aceites o lubricantes para motores, fluidos hidráulicos, combustibles para aviones, oxidantes y propulsores de cohetes.
Otras piezas como los sellos, juntas o mangueras fabricadas con elastómeros, se usan regularmente en motores de turbina de aviones comerciales y militares, actuando como unidades indispensables por su resistencia al calor, el golpe del aire, así como choques entre piezas y ruido ocasionado por la vibración interna de las máquinas.
Además, estas piezas están presentes como juntas tóricas utilizadas en conectores, bombas, válvulas y depósitos de aceite; sellos de cortafuegos, así como revestimientos o cubiertas de tela de caucho para escapes de motores.
En el campo aeroespacial, los componentes de hule, así como sus derivados y compuestos, tienen requerimientos específicos, como estar hechos bajo ciertas normas ISO o certificaciones, pues de esta manera los distribuidores aseguran que cuentan con los procesos y estándares de calidad que demanda esta industria.
En el país, este es un sector de crecimiento económico, de acuerdo con un análisis de la industria aeroespacial en México, se ha sostenido con un margen de al menos un 14% en los últimos 15 años, aportando más de 60 mil empleos directos en 19 estados y con más de un 18% de superávit comercial.
Solamente en el 2019 la industria aeroespacial mexicana exportó 9.500 millones de dólares; este 2022 se estimó un crecimiento en los ingresos generales de 8 mil millones de dólares, y para el 2023 se espera que siga creciendo al menos un 16 %, según la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA).
Debido a su crecimiento a nivel mundial, la industria aeroespacial demanda productos de hule de alta calidad y especialidad para vehículos espaciales, motores de aeronaves, misiles guiados, unidades de propulsión y partes relacionadas.
En los próximos años debido al incremento del tráfico aéreo se estima que será necesario doblar el tamaño de la flota mundial actual, con lo que se proyecta la fabricación de más de 40 mil nuevos aviones.
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