Aunque las piezas de hule para uso industrial -juntas tóricas, grommets, mangueras, tapones, perfiles, entre otros- se caracterizan por su versatilidad y resistencia, hay factores como el cambio climático o un mal asesoramiento que comprometen su calidad y funcionamiento en las máquinas.
Una mala selección en la composición química de este insumo puede poner en riesgo la durabilidad de las mismas, e incluso afectar el funcionamiento conjunto de la instalación o de la maquinaria.
Por ejemplo, no es lo mismo usar retenes en aeronaves, cuya resistencia al viento y al calor es mayor, que emplearlas en electrodomésticos, donde se pueden usar aleaciones con resistencia eléctrica y a ciertos componentes químicos.
Saber qué factores deterioran la calidad del hule es decisivo para prolongar su tiempo de vida e incluso saber cuándo es un buen momento para darle mantenimiento a la maquinaria y cambiar de piezas.
Estas son las causas más comunes que harán que el hule pierda calidad.
Daños al momento de la instalación
Algunos objetos o mecánicas internas tienen bordes afilados o con dimensiones irregulares, lo cual puede dañar la viscosidad del hule y llegar a generar grietas o agujeros indeseados al momento de colocar las piezas.
Además, si el chaflán de instalación no es preciso, el montaje de los artículos de hule queda descuadrado, ya sea por el tamaño o torceduras que se le hagan in situ.
Exposición química
Algunos solventes y productos químicos agresivos tienen la capacidad de dañar y perforar la superficie de los hules, especialmente en la industria médica o petroquímica, donde los líquidos y fluidos son usados con regularidad.
Si bien el hule de manera natural es resistente a la mayoría de compuestos acuosos, hay un grupo de ácidos y bases que suelen causar reacciones no contempladas, es por eso que es importante realizar primero pruebas en laboratorio para encontrar las aleaciones ideales
Ozono
El ozono, uno de los gases más presente en la atmósfera de manera natural, degrada las cadenas de polímeros que componen las piezas de hule, mientras más concentración haya en el aire, mayor será su efecto corrosivo.
Es por eso que cuando se dejan piezas de hule a la intemperie, luego de un tiempo, estas suelen parecer polvosas, pero con un equipo de pruebas y asesoramiento se pueden emplear elastómeros resistentes al ozono.
Variación excesiva de temperatura
Las fluctuaciones de temperatura rápidas y extremas pueden hacer que el hule se expanda y contraiga, provocando la fatiga del material y reduciendo su eficacia.
Por ejemplo, en el sellado, el calor excesivo provoca pequeñas burbujas por donde se puede filtrar el aire o algunos líquidos. Mientras que las bajas temperaturas que pasan las transiciones vítreas del caucho, son causantes de una deformación excesiva por compresión.
Climas extremos
La exposición prolongada al sol, especialmente en climas con alta radiación ultravioleta, puede causar degradación del hule, pues los rayos UV, al igual que el Ozono, descompone las cadenas de polímeros, lo que resulta en pérdida de elasticidad, agrietamiento y decoloración.
Además, las fluctuaciones extremas de temperatura, como las que ocurren en climas desérticos, aceleran el envejecimiento del material, o en áreas con inviernos muy fríos, donde el hule se vuelve más quebradizo.
